fbpx
side-area-logo

Apuntes de Metagenealogía

NUDO SADO MASOQUISTA

Este apunte es parte del proyecto “Metagenealogía Sin Fin“. Corresponde a una publicación elaborada por Carmen y Paco del blog Plano Sin Fin. 


Es bueno recordar que los nudos se forman en medio de un camino: algo debe de ir en una dirección y no va. El niño va camino de ser adulto y no va. Si va, no hay nudo. 

Los nudos también se pueden entender como reacciones a miedos. Siempre que existe abuso, se forma un nudo. 

Antes de adentrarnos en analizar este nudo, conviene hacer una diferencia entre dolor y sufrimiento. 

El dolores absolutamente necesario para sobrevivir. Según Alejandro Jodorowsky, si los niños no sintieran dolor se tirarían por la ventana o se quemarían, y nosotros nos mataríamos. La raza humana sin dolor se acabaría en un segundo. En cambio el sufrimiento es algo anormal, el sufrimiento consiste en alimentar al dolor a lo largo del tiempo. 

Este nudo nos quita la felicidad. 

 

Nudo SADO MASOQUISTA (Frase: Voy a tener que causar dolor en mi vida) 

1.-Como nudo nos hace vivir en el dolor o huir del dolor permanentemente. Cuando el sufrimiento define la forma de relacionarse con el mundo. 

2.-La finalidad sana es sentir la alegría. No depender del dolor o del placer.

3.-Como núcleo o semilla consiste en aceptar el dolor, aprender a decir que no 

4.-Para identificarlo en el árbol, la finalidad que se desea es: “ser feliz” o bien, “quiero alegría en mi vida 

 

VEAMOS CÓMO NOS AFECTA ESTE NUDO EN LOS DISTINTOS EGOS: (Intelectual, emocional, libidinal y material) 

¿Qué ocurre si tenemos un nudo sado-masoquista intelectual? 

Estas son algunas cosas que pueden identificarlo: 

a) – Cuando usamos un lenguaje feo y desagradable. 

b) – Vamos lanzando pestes contra el mundo en el que vivimos 

c) – Tenemos pensamientos negativos y auto despreciativos. 

d) – Estamos continuamente soportando agresiones verbales 

e) – Nos gusta usar un vocabulario en el que “picamos al otro” Nos encanta convertirlo todo en una tragedia. 

Si creemos que “al mundo hemos venido a sufrir”, “cada uno que lleve la cruz que le ha tocado cargar en la vida” o que “este mundo es un valle de lágrimas”, puede que en el estrato de nuestros bisabuelos haya alguna herida que sanar. Las “ideas locas” las heredamos de los bisabuelos. 

 

¿Qué ocurre si tenemos un nudo sado-masoquista emocional? 

En este caso, estamos dentro de las relaciones que usan el chantaje emocional. Para identificarlo: 

a) – Usamos el silencio como arma emocional.
b) – Toda relación de dominación, es siempre una relación sado-masoquista c) – Cuando asociamos el amor con el sufrimiento: 

-“Se nota que lo quiere, ¡mira cuanto sufre por él!”
-“Era una santa” (una mujer ignorada de la que se abusó durante toda su vida) 

Si sentimos por ejemplo que “quién bien te quiere te hará sufrir” o que “el matrimonio es para siempre”, “lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”, “para el bien y para el mal, hasta que la muerte nos separe”, habrá que estudiar a fondo las parejas de nuestros abuelos, en ellos está la clave de nuestro mundo emocional. 

 

¿Qué ocurre si tenemos un nudo sado-masoquista libidinal? 

En este caso, experimentamos placer en el dolor. Para identificarlo es importante saber que: 

a) -El cerebro confunde dolor y placer, pues ante los dos estímulos se segregan endorfinas. Lo que está provocado por una fijación después de un abuso, se queda como un tatuaje. Lo que nos hicieron después nos lo hacemos a nosotros mismos, o lo hacemos a los demás.
b) – Debemos reconocer que “un poco de dolor puede ser divertido, estimulante, pero: ¡Atención! “¿Cuándo hay demasiada sal en nuestro plato?” 

c) – Si tenemos un padre sado-masoquista, la visión del hombre estará asociada a ese tipo de contrato. La solución siempre es una apertura de consciencia. 

d) – Placer siempre asociado al dolor. 

Si nos dosificamos el gozar, “más vale pájaro en mano que ciento volando”, o que “después de la risa viene el llanto”, limitamos nuestro potencial creativo, nos prohibimos probar placeres nuevos y explorar la sexualidad con libertad, es muy probable que nuestros padres tuviesen un contrato con contenido de sufrimiento. 

 

¿Qué ocurre si tenemos un nudo sado-masoquista material? 

Podemos identificarlo porque: 

a) -Parecemos siempre dispuestos a infringir y soportar agresiones físicas. ¡Es un nudo que produce mucha intensidad y resulta muy peligroso! (Lo vemos a diario en la televisión) 

b) -Vivimos en un lugar donde no estamos a gusto y no hacemos nada al respecto 

c) -Nos alimentamos mal, estamos conectados con problemas alimenticios como la bulimia y la anorexia. ¿Cómo cuido mi cuerpo en general? 

d) -Tenemos problemas con el crecimiento, con la relación que hemos establecido con nuestro cuerpo. 

Si creemos que “nadie da nada por nada”, que “más vale solo que mal acompañado” o en la vida que compartimos con los hermanos sufrimos de abusos por invasión, por desatención, por falta de afecto, competiciones obsesivas y descalificaciones, más adelante, en la vida adulta, en el mundo se reflejará ese sufrimiento en relación con nuestro cuerpo, con el dinero, la comida y el territorio. 

 

El nudo sado-masoquista tiene siempre dos componentes que viven en simbiosis: el sádico y el masoquista. Son los dos polos de un imán. Un “elemento” sádico o masoquista puede adoptar forma de persona, de casa, de país, de institución, de trabajo y detrás de cualquiera de estos elementos estará el arquetipo paterno o materno. 

El dolor tiene valor para la supervivencia. La sabia naturaleza, o Dios, o como lo queramos llamar, ha creado un sistema, en forma de chorro químico de sale de nuestras glándulas, viaja por nuestro organismo y que nos alerta de un “peligro”. Así nuestro sistema nervioso reacciona para salvar nuestra vida. El problema aparece cuando nos quedamos “enganchados” a ese chorro químico, cuyo efecto es tan adictivo y tan similar al chorro que produce placer. 

Si una persona asocia de manera enfermiza el dolor con el placer, nace un masoquista. Si una persona asocia de manera enfermiza la dominación con el placer, se hace sádico. 

Cada vez que nos quejamos de algo, estamos CONSINTIENDO la presencia de un sádico en nuestra vida. Si sufrimos, es que consentimos esa relación sadomasoquista. Identificarse con el sufrimiento es un obstáculo para el cambio. “¿Qué seré cuando deje de sufrir?” Y es que, igual que Freud definió la neurosis de renta (la persona se mantiene enferma por los beneficios de todo tipo que ello le reporta), podríamos nosotros definir “la queja de renta”, atendiendo al fenómeno de que las víctimas son atendidas y tienen privilegios que los vencedores no tienen. Maya Angelou escribió: “Si algo no te agrada, cámbialo. Si no lo puedes cambiar, cambia tu actitud. No te quejes”. No hay excusa para la queja, si hay queja hay nudo. 

Este nudo en su aspecto positivo, cuando lo hemos resuelto, provoca que: 

a) Nos gusta nuestra casa y la ciudad donde vivimos, pero tampoco nos apegamos a ellas, somos capaces de adaptarnos a los cambios de territorio. 

b) Nos cuidamos en general. Nos alimentamos bien y damos placer a nuestro cuerpo. c) Cesa la queja, nos apuntamos al cambio. 

b) Podemos adoptar profesiones que son nudos sanados: Un cirujano es alguien que tiene un nudo sado- masoquista positivizado. 


• Autor original: Carmen Guerrero y Paco Bou
• Recuperado de Plano Sin Fin: Ver publicación original
Aníbal Morales Rivera

Explorador, investigador y practicante desde hace más de 18 años de una vía de trabajo que integra el autoconocimiento, el emprendimiento y la innovación social. Soy ingeniero, máster en educación, emprendedor y apasionado por el crecimiento personal y la innovación.