Extracto de “La vía del Tarot” de Jodorowsky, A. & Costa, M. (2006).
Aquí, la relación con la materia se despliega en una verticalidad extática. Uno está arraigado en la tierra y en el cielo, en plena aceptación de su encarnación, como un árbol que hunde a la vez sus raíces en el suelo y sus ramas hacia arriba. Es una carta que evoca la generosidad con uno mismo, el placer corporal, el disfrute de dinero y de una economía bien gestionada, el sentido de lo bello en la vida cotidiana, la gastronomía, la sensualidad. El Seis de Oros celebra la belleza del mundo y se siente unido a él. Uno puede invertir en lo que le gusta: es el dinero del mecenazgo artístico, la compra de una obra de arte. Los aspectos negativos remiten al narcisismo corporal, a la obsesión por la apariencia, a la venalidad. Se tiene tendencia a descuidar el ser por el parecer y el tener. El dinero es culpabilizado o, por el contrario, sobrestimado, lo cual puede llevar a la avaricia. Esta carta es también la de los complejos físicos y de la ilusión según la cual el dinero hace la felicidad.