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Innovación en Educación

TRANSFORMANDO LA EDUCACIÓN DE LA INGENIERÍA

Innovación en Educación

TRANSFORMANDO LA EDUCACIÓN DE LA INGENIERÍA

Durante 12 años participé en la transformación de la educación de la ingeniería desde la Facultad de Ingeniería y Tecnología de la Universidad San Sebastián (en Chile). A continuación comparto mi testimonio, mis aprendizajes y algunos recursos que te pueden servir en tu propio camino.


Parte 1: De la Ingeniería a la Educación

UNA INVITACIÓN INESPERADA

Eduardo Olguín fue profesor que tuve el año 2006. Era un profesor diferente a los que me tocó conocer en la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile. Más abierto, no basado en la exigencia y buen relator. Un amigo cercano, Fernando Pablos, estaba haciendo su tesis de ingeniero con él y me recomendó seguir su ejemplo. Yo justamente, tras intentos fallidos de hacer mi tesis de ingeniero con el Museo Bellas Artes y con la Fundación Santiago a Mil, me había quedado sin tema de tesis y me encontraba desesperado, por lo que tomé su sugerencia y le pedí a Eduardo trabajar un tema de tesis con él.

Fue así como llegué a conocer las monedas sociales, donde participé dentro de un equipo de 5 tesistas de ingeniería que elaboramos diferentes trabajos en relación a las monedas sociales, consiguiendo nuestros respectivos títulos.

Tan fascinante fue la experiencia de tocar un tema tan diferente a lo tradicional en ingeniería y a la vez tan relevante para nuestros ojos, que no pudimos detenernos ahí y decidimos seguir trabajando en el proyecto que tomó nombre “RSI” o Redes Sociales de Intercambio.

Un día cercano al final del 2009, Eduardo nos contó que había logrado generarnos un espacio en la Universidad San Sebastián, dentro del Centro de Monedas Complementarias que comenzaría a operar el año 2010. Fue así como llegué a la USS, pero solo por un momento ya que el proyecto se detuvo debido al terremoto (27F) y el fallecimiento de los dueños de la USS, incluido Marcelo Ruiz, el decano de Ingeniería que respaldaba esta nueva iniciativa.

El terremoto no nos detuvo, sino que impulsó aún más nuestras ganas de compartir esta tecnología y nos llevó a emprender y autofinanciarnos. Sin embargo, el equipo emprendedor se redujo primero a tres y luego a dos, hasta que llegó un momento que con mi socio ya no nos aguantábamos, dando fin al proyecto.

Meses después, volví a encontrarme con Eduardo quien me invitó a realizar una nueva aventura en la USS. Ya no desde el Centro, sino como parte del equipo docente de un proyecto pionero en educación de la Facultad de Ingeniería: el Área de Formación Experiencial.

En Agosto del 2010, comencé algo que nunca imaginé, me uní al equipo docente en la USS y di mi primer curso a futuros ingenieros.

Lecturas para Profundizar

Parte 2: De lo Imposible a lo Posible

REFORMAR LA EDUCACIÓN DE LA INGENIERÍA

Con una deuda por el autofinanciamiento de mi emprendimiento social, hacer clases me pareció un forma de generar ingreso fácil. No tenía idea de lo que iba a pasar en los meses siguientes.

Lo primero que ví cuando empecé a ser parte del equipo docente de la recién inaugurada Área de Formación Experiencial de la Facultad de Ingeniería de la USS, fue un entusiasmo que ya conocía, pero que me parecía muy extraño dentro del ambiente universitario.

Mi propia experiencia estudiando ingeniería no fue algo gratificante o estimulante. Salvo algunos proyectos en unos cursos, mi formación universitaria la viví como un proceso lento y aburrido. Afortunadamente tuve el impulso de nutrir mi formación con proyectos fuera del contexto académico donde generé experiencias muy significativas.

Eduardo Olguín, había logrado convocar a una gran cantidad de nuevos docentes (recién titulados de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile y otras universidades destacadas) y les había entusiasmado con el sueño de crear una nueva formación de ingenieros. Estaba iniciando una reforma en la educación de la ingeniería desde la USS, hacia un nuevo paradigma educativo y laboral, donde los ingredientes principales eran el entusiasmo, la colaboración radical, el autoaprendizaje, y la consigna de formar a otr@s ingenieros como uno no había sido formado. Se respiraba innovación y uno tenía la sensación de que estaba haciendo algo radicalmente nuevo.

Llegué en un momento de efervescencia y luego de entusiasmarme con la meta a lograr, el 2011 me uní al equipo de coordinación académica, para estar a cargo de los cursos de emprendimiento e innovación.

Fue como subirme a una montaña Rusa. Hay incontables anécdotas, personas y decisiones durante el camino. Muchos errores y mucho aprendizaje. En resúmen: dentro de la USS nos amaban y nos odiaban. Con los años logramos estabilizarnos, pudiendo finalmente dejar de defendernos (por ser un área costosa, o un área “blanda” sinónimo de inútil para la ingeniería tradicional del siglo pasado) y pasar a ser reconocidos como un área que aportaba una parte esencial en la formación. De ser irrelevantes, nos volvimos indispensables.

Uno de los elementos que más me ayudó a transitar todos estos altos y bajos fue leer literatura educativa. Primero comprender que la reforma educativa se lleva haciendo desde que existe la educación. Me sirvió conocer experiencias en otros países y darme cuenta que está experiencia tan intensa, de tratar de cambiar la educación, es parte de un proceso mayor que no se puede detener.

Cuando leí “Whatever it takes” de Paul Tough, la historia de un emprendedor educativo que está tratando de crear un colegio que logre cambiar las vidas de sus estudiantes de manera significativa, reí y lloré con cada capítulo. Me di cuenta, que mi historia es parte de un proceso que se une a la historia de la educación. Eso fue sumamente liberador y me permitió tomarme las cosas con más calma, dejar de dedicar noches y fines de semanas. Y me permitió comenzar a preguntarme, cómo ser mejor docente.

Algunas Experiencias

  • Rediseños Curriculares. Luego de participar en la creación del Área de Formación Experiencial, que pasó a llamarse Área de Formación de Habilidades Ejecutivas, participé en varios procesos de rediseño curricular que incluyeron el rediseño del Plan Común de Ingeniería, las carreras de pregrado y de los programas vespertinos y advance. También participé en los procesos de acreditación tanto de las carreras de ingeniería como de la Facultad.
  • Actividades Ícono. Realizamos centenares de actividades y algunas de ellas se fueron constituyendo en actividades ícono como: Bienvenida a la Ingeniería, el Mes de la Ingeniería, el Desafío Rube Goldberg y el Desafío el Huevo.

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Parte 3: Generando una nueva docencia

APRENDER A SER PROFESOR

Durante años me obsesionó la pregunta qué es aprender. Si bien no existe una respuesta correcta ni una sola forma de hacerlo, es posible encontrar la que te hace más sentido a ti.

Vivimos en una época fascinante para redescubrir nuestras capacidades de aprender y enseñar. Me sumergí en una investigación profunda y te dejo los mejores recursos para que tú también lo hagas más abajo.

Lo que te puedo contar es que fui afortunado ya que me encontraba en el laboratorio perfecto para ser docente. Todo el modelo de formación que habíamos creado en ingeniería establecía como eje la mejora continua tanto de los cursos como de l@s profesor@s. Revisábamos constantemente lo que funcionaba y lo que no, por lo que pude aprender y mejorar.

En todos los cursos que realicé, tuve una dupla docente, es decir, un profe que hace la clase contigo. Cada vez era un nuevo desafío. Tod@s somos diferentes y no hay un@ profesor@ igual a otr@. Esto me permitió ver una diversidad de estilos e ir aprendiendo nuevas formas de hacer lo mismo. También me dio confianza en mi propia forma de hacer clases.

Nunca me imaginé ser profesor y hoy veo que mi experiencia como profesor ha permeado casi todos los ámbitos en que me desenvuelvo. Probablemente porque más importante que lo que uno dice en una clase, es lo que uno hace en ella. L@s estudiantes aprenden más de quienes somos, no tanto de lo que hacemos o decimos. L@s profesor@s modelamos, por ello, se vuelve tan importante saber quién eres. Y yo no lo tenía tan claro.

Llega un punto en el camino donde uno vuelve a preguntarse quién es uno. Para algun@s viene con la crisis de la adultez, y en mi caso, a mi me estaba esperando en la sala de clases. ¿Quién soy cuando hago clases?

Por un lado, observando a mis pares, me di cuenta que uno no puede dejar de ser uno mismo. En cada cosa que uno hace, está presente nuestra esencia, seamos conscientes o no. ¿Pero cuál es esa esencia?

Leyendo a Ken Robinson, me di cuenta que muchas personas encuentran un lugar que les permite expresar todo su potencial, su esencia si se quiere, y a ese lugar le llama “la zona”. Siguiendo esta pista llegué al concepto de flujo, inaugurado por Mihaly Csíkszentmihályi en los 70. El estado de flujo, en las personas, es en parte olvidarse de uno mismo, del paso del tiempo, y a la vez, entrar en un estado de concentración tal que te permite usar tus capacidades al máximo sin sentir que es un esfuerzo.

Todos sentimos o hemos sentido esta sensación, pero lo más curioso es que este estado de flujo, que muchas veces lo obtenemos jugando y nos da mucho placer, pasa desapercibido.

De algún modo, acepté que si bien no puedo saber cuál es mi esencia, por lo menos, puedo encontrar un camino para que se exprese lo más posible.

Si hay algo que quiero modelar en mis estudiantes, ser un ejemplo para ell@s, es estando en el estado de flujo. Fue así como me interesé en las condiciones que permiten que ese estado de flujo aflore y eso me llevó a los proyectos propios y el trabajo autónomo.

Nuevamente, fui muy afortunado ya que pude probar muchas formas de facilitar (y dificultar) entrar en ese estado de flujo, en mí y en mis estudiantes, a través de los proyectos de emprendimiento e innovación. Incluso creamos el Make iT Lab, un espacio ideal para el trabajo autónomo que me permitió aplicar todos estos aprendizajes fuera del espacio obligatorio de los cursos.

Luego de varios años, por fin había logrado una forma de trabajo y de hacer clases que me permitía sentirme a gusto. Y fue así como en este estado de flujo, algo nuevo emergió que cambiaría todo. Su nombre es Gaspar.

Algunas Experiencias

  • Formación en Docencia. Ser docente es una camino de aprendizaje que toma tiempo y afortunadamente lo aproveché. Me capacité en docencia (SCT, RdA, Evaluación, entre otros) y generé algunas innovaciones educativas que presenté en 3 congresos. También estuve a cargo de la formación de docentes en ingeniería y participé de la creación de un Centro de Innovación Docente para la Facultad de Ingeniería de la USS.
  • Mentor y Docente de Emprendimiento e Innovación. Además de dirigir y ser profesor del Área de Emprendimiento e Innovación, participé activamente en decenas de proyectos como mentor. Me certifiqué internacionalmente como mentor de emprendimiento en Babson, UTSA y Welukan.
  • Promoviendo el Ecosistema de Emprendimiento. Realizamos centenares de actividades con el ecosistema de emprendimiento chileno, desde vincularnos físicamente en el IF de Barrio Italia, trabajar con emprendedores de Startup Chile, ser anfitriones de eventos como Meetlatam, Lean Startup Machine, y varias Hackatones, entre otros. Realizamos seminarios con destacadas figuras del emprendimiento chileno como Alejandra Mustakis, Edmundo Casas, Tadashi Takaoka, entre otros.
  • Make iT Lab. Generamos el Make iT Lab, un laboratorio de innovación y tecnología vinculado con los cursos de ingeniería y el entorno, desde el cuál realizamos cientos de proyectos que puedes ver en las memorias: Memoria 2018, Memoria 2019, Memoria 2020 y Memoria 2021.

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Parte 4: Un viaje hacia lo desconocido

APRENDER A SER PADRE

Cuando la conocí, Ana tenía 12 años. Lo primero que me asombró era su capacidad para narrar con lujo de detalles sus historias del día a día. Y como yo era bueno para escuchar, podía darle mi atención largos ratos.

Nuestra relación se fue cultivando paso a paso, hasta que un día dejé de ser un extraño para ella. La palabra padrastro no nos gustaba, por lo que inventamos una nueva. Yo era su padrísimo, y ella, mi hijísima, una de las sorpresas más linda que me ha dado la vida y mi primera escuela en la paternidad.

Tanto hay que decir sobre ese periodo llamado adolescencia, que mejor lo dejamos para otra ocasión.

Lo que sí es importante mencionar, es que Gaspar llegó en un año especial. Cuando cumplía 5 meses comenzaba el estallido social, mi hogar paso a ser mi nuevo centro de operaciones.

El teletrabajo trajo algo importante para mí. Fue como abandonar la telepaternidad y comenzar un nuevo camino. Aparecieron los juegos, los cuentos, las plazas, l@s amiguit@s y las incontables conversas con mi pareja sobre la paternidad y maternidad.

Mis preguntas anteriores sobre modelar y ser yo mismo, tomaron mas fuerza. Me di cuenta que estar presente no es solo estar físicamente. Si voy a modelar a Gaspar, qué es lo que necesita de mí.

Fue así como me di cuenta que ser padre, para mí, es ser tu mejor versión. Y eso a veces significa dejar lo conocido y abrirse paso a una nueva aventura hacia ti mism@.

Recursos para Profundizar